El comer saludable no solo se refiere a consumir la cantidad adecuada de calorías y una amplia variedad de alimentos para obtener todos los nutrientes que el cuerpo necesita, sino que también involucra cómo preparas y conservas la comida.
De acuerdo con el Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), en México se presentan alrededor de 500 mil casos de intoxicación alimentaria al año, que ocurren cuando se consumen alimentos o bebidas contaminadas.
Es por eso que, es sumamente importante cuidar la preparación y conservación de los alimentos para evitar enfermedades gastrointestinales que, dependiendo de la severidad de los síntomas, pueden conducir a la deshidratación y la muerte.
En este artículo, te compartiremos los 4 pasos esenciales para preparar y conservar alimentos adecuadamente y algunas otras recomendaciones para que cuides tu salud digestiva y la de tu familia.
Empecemos por la limpieza. ¿Sabías que la mayoría de los gérmenes que pueden hacerte daño sobreviven en muchos lugares de tu cocina? Por ejemplo, en la comida, en los utensilios que usas para prepararla, incluso en tus manos.
Es por eso que primero debes lavarte las manos muy bien y siempre antes, durante y después de preparar los alimentos. Para esto basta con utilizar agua y jabón. Si deseas conocer más acerca de la importancia del lavado de manos y la técnica correcta, no te pierdas este artículo: https://blog.tecsalud.mx/cuando-y-como-debemos-lavarnos-las-manos.
Recuerda que también es importante lavar los utensilios con los que prepararás los alimentos y las superficies en donde los prepararás. Lava las tablas para cortar, los cuchillos, tenedores, cucharones, ollas, sartenes, la estufa y no te olvides de los trapos para secar trastes.
Por otro lado, los alimentos que debes lavar muy bien son las frutas y verduras. Hazlo antes de pelarlas y las puedes secar con un trapo limpio. No laves la carne, huevos, pollo y pescado, ya que la correcta preparación de estos alimentos será suficiente, pero de esto te contaremos más adelante.
El siguiente paso consiste en separar los diferentes tipos de alimentos, ya sea cuando los vas a preparar, como cuando los vayas a guardar. Esto es para que no se vayan a contaminar entre ellos, particularmente la comida cruda y la que ya está lista para servirse.
Cuando compres comida cruda como la carne, el pollo y el pescado, almacénala en el refrigerador o congelador, separada de otros alimentos y consérvala en recipientes bien sellados que no permitan la fuga de jugos a otros alimentos.
Nunca coloques ensaladas u otro tipo de alimentos que ya están listos para consumirse, en platos donde pusiste comida cruda y que aún no están lavados. Esto evitará la propagación de gérmenes hacia los alimentos que ya estás por consumir.
Los productos de origen animal deben ser cocinados, de lo contrario, puede ser peligroso consumirlos crudos. Esto se debe a que en las superficies e interiores de algunos de estos alimentos habitan hongos y bacterias, y la manera de eliminarlos, es sometiéndolos a temperaturas altas.
La comida está cocinada de forma segura cuando la tempera interna de los alimentos es lo suficientemente alta para matar los gérmenes que pueden enfermarte y la mejor manera de saberlo, es usando un termómetro para comida.
Es cierto que hay personas que tienen la suficiente experiencia para saber, sin la ayuda de un termómetro, cuándo la comida está cocida correctamente, sin embargo, si eres principiante o no cuentas con la experiencia, te recomendamos usar el termómetro.
Ahora, ¿a qué temperatura debes cocinar los alimentos? De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), la temperatura a la que debes cocer los alimentos es:
El último paso se refiere a conservar los alimentos preparados y que no vayas a consumir en ese momento, en refrigerador, ya que las bacterias se pueden reproducir rápidamente a partir de los 4 °C.
Es por eso que nunca debes dejar alimentos perecederos afuera del refrigerador por más de 2 horas y aunque la temperatura fría no destruye los gérmenes, permite mantener la comida segura hasta que la puedas volver a calentar o cocinar.
¿Qué sucede si por alguna razón se te olvida seguir estas recomendaciones o si comes en algún restaurante y tú y tu familia, sufren de una intoxicación? Los síntomas comunes de una intoxicación incluyen la diarrea, los vómitos, malestar estomacal y las náuseas.
Una intoxicación puede volverse peligrosa cuando los síntomas no mejoran y el paciente entra en la deshidratación, que se refiere a la pérdida de agua, sales y minerales que el cuerpo necesita.
Las personas que están en mayor riesgo de enfermarse por una intoxicación alimentaria y de presentar síntomas graves, son los adultos mayores, las mujeres embarazadas, las personas con enfermedades crónicas, los bebés y niños pequeños.
Te en cuenta que son las pequeñas acciones las que suman en grandes cambios en nuestra vida. La higiene alimentaria sostiene estrecha relación con nuestra salud digestiva que, a su vez, beneficia al resto de nuestro organismo.
Tú puedes continuar previniendo enfermedades con estas simples recomendaciones domésticas. Recuerda que apostar por la higiene en los alimentos es otra decisión correcta.
Información obtenida de la CDC.