El cáncer de la glándula tiroidea, o mejor conocido como cáncer de tiroides, ocurre en las células de dicha glándula, ubicada en la base del cuello. La glándula tiroidea produce hormonas que regulan el ritmo cardíaco, la presión arterial, la temperatura corporal y el peso.
Cualquier diagnóstico de cáncer es algo muy difícil de procesar, pero es importante tener esta patología en cuenta para poder brindar un diagnóstico temprano y, por lo tanto, un tratamiento oportuno.
En México se reportan 195 mil 499 casos anuales de cáncer, de los cuales tiroides se encuentra en el cuarto lugar de presentación con 11 mil 227 casos, lo que representa un 5.7 por ciento del total de los diagnósticos de cáncer en el año 2020.
En general, tanto el cáncer de tiroides como las enfermedades tiroides son más frecuentes en mujeres.
Hablando del cáncer de tiroides, en la población mexicana ha habido un incremento importante en la detección del cáncer de tiroides específicamente en el sexo femenino. En los últimos años se ha comprobado que se tiene hasta 3 veces mayor riesgo que el sexo masculino.
De hecho, actualmente representa la tercera causa de cáncer en mujeres mexicanas, representando alrededor del 8 por ciento de los casos totales que se dieron en el año 2020.
A la fecha no se conoce una razón específica para la presentación de cáncer de tiroides ya que se considera una enfermedad multifactorial, es decir, que son diversos los factores que pueden estar relacionados con su presentación
Dentro de los factores de riesgo más importantes para presentar cáncer de tiroides son:
Existen varios tipos de cáncer de tiroides, pero por lo general son 3 los más comunes:
En la mayoría de los casos de cáncer de tiroides bien diferenciado se producen pocos o ningún síntoma, pero aun así se considera como una enfermedad de fácil detección, generalmente se detecta por el mismo paciente al notar cuando se ve al espejo, se abrocha la camisa, se pone crema, una pequeña bolita en el cuello.
La tiroides está en la parte anterior del cuello, aquí te decimos como encontrarla. Si te pones frente a un espejo, te paras derechito, levantas un poquito la cabeza y pasas saliva, la tiroides se desplaza para arriba, y es ahí donde se podría ver un pequeño bultito que se va para arriba y para abajo.
Ante cualquier dato de alarma al momento de observar en el cuello un nódulo (bolita), es cuando se tiene que llevar un abordaje médico porque los nódulos en realidad son muy comunes, incluso 1 de cada 3 personas pueden tener nódulos y no darse cuenta. Nacemos, crecemos y morimos con ellos y pueden nunca causar algún problema.
De no ser así, se deben realizar pruebas de función tiroidea, evaluar el nódulo a través de un ultrasonido y probablemente hasta una toma de biopsia para descartar un cáncer tiroideo.
Es importante saber que no necesariamente un crecimiento en la tiroides significa cáncer. Hay otras cuestiones hormonales que pudieran condicionar un aumento del volumen de la tiroides.
En general para el abordaje primario es recomendable ir con un especialista en endocrinología y en caso de un diagnóstico de cáncer de tiroides, con un oncólogo.
Afortunadamente el 80 por ciento de los diagnósticos de cáncer de tiroides aparecen en etapas tempranas y, por ende, suelen tener un tratamiento oportuno.
Por lo general el tratamiento consta de cirugía para extirpar el nódulo, pero el abordaje es variable de acuerdo con las características de la tumoración.
Se puede quitar toda la tiroides, nada más una parte, la tiroides y los ganglios… la indicación del tipo de cirugía va de acuerdo con el grado de extensión, sí hay datos o no de afectación de los ganglios y también al tipo de tumoración.
De esto dependerá si se deba tomar de por vida un medicamento que contrarresta la deficiencia de la hormona tiroidea. Es un medicamento accesible, económico, que usualmente no da efectos adversos y que no interacciona con otros medicamentos.
En los tipos bien diferenciados, que por lo general son los más comunes, generalmente no hay necesidad de tener radioterapia ni quimioterapia, en etapas avanzadas se abordan otros tratamientos.
Recuerda, tener bolitas en el cuello no es normal, pero no tengas miedo. Si detectas una, lo adecuado es que acudas con un médico internista o endocrinólogo para que realice una valoración integral ya que entre más temprano se detecte, mejor será el pronóstico y el tratamiento.
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Centro de Cáncer de Mama
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