En un mundo hiperconectado, la tecnología se ha vuelto indispensable para la vida cotidiana.
Desde la comunicación en el trabajo, entre amigos, la familia y hasta en el entretenimiento, dependemos de dispositivos digitales más que nunca.
Sin embargo, este uso constante también trae consigo una serie de problemas que pueden afectar nuestro bienestar emocional, por lo que surge el concepto de salud digital.
Mónica Lenz, life coach y experta en medicina funcional, explicó para TecSalud este concepto como práctica que promueve un equilibrio para proteger nuestra salud mental y emocional.
Para ello, Lenz compartió una perspectiva integral sobre cómo el uso adecuado de la tecnología puede ayudarnos a reconectar con nosotros mismos y vivir de manera más saludable.
La maestra Lenz comentó que el uso continuo de dispositivos móviles y el constante flujo de notificaciones pueden generar altos niveles de ansiedad.
Explicó que muchas personas no son conscientes de que el celular puede ser un detonante de su estrés.
“En consulta, escucho a menudo cómo el uso excesivo de los celulares lleva a un estado de alerta constante, donde las personas no logran relajarse ni desconectar del todo”, señaló.
Además, mencionó que la luz azul que emiten las pantallas afecta directamente la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, y puede causar problemas de insomnio.
Agregó que la falta de un sueño reparador no solo impacta en la energía diaria, sino que también tiene consecuencias a largo plazo en la salud mental.
Por tal motivo, Lenz recomendó dejar el celular al menos una hora antes de dormir para lograr un descanso óptimo.
Mónica Lenz compartió que el FOMO, o miedo a perderse de algo, es otro fenómeno derivado del uso excesivo de redes sociales que afecta profundamente a la salud mental.
“Muchos pacientes sienten que, si no están revisando las redes, se están perdiendo de algo importante”, explicó.
Esta sensación de estar desconectado de los eventos y tendencias puede crear una dependencia emocional hacia el uso del celular.
Para evitar el FOMO, Lenz recomendó limitar el tiempo en redes y evitar compararse con las versiones idealizadas de la vida de los demás.
Otro de los desafíos que podemos encontrar con el apego a las redes sociales, particularmente en los jóvenes, es la admiración hacia los influencers.
Lenz mencionó que muchos adolescentes ven en las figuras de influencers un modelo a seguir, aspirando a ser como ellos.
“Muchos jóvenes hoy en día desean ser influencers o celebridades en redes, lo que genera una presión adicional y los lleva a idealizar estilos de vida irreales”, explicó.
También, resaltó que la búsqueda de validación social es un problema que se presenta cada vez más.
“Cada vez que recibimos un ‘me gusta’, nuestro cerebro libera dopamina, una hormona que refuerza la sensación de recompensa inmediata”, señaló.
Esta búsqueda constante de aprobación crea un ciclo de dependencia emocional, donde las personas se sienten valoradas o ignoradas en función de la respuesta que obtienen en redes sociales.
Esta dinámica puede llevar a problemas de autoestima y estrés.
Para evitar estos efectos, Mónica Lenz invitó a recordar que las redes sociales muestran una versión filtrada de la realidad.
Asimismo, aconsejó limitar el tiempo en redes y centrarse en conexiones cara a cara para ayudar a reducir la presión de compararse con otros.
Una de las estrategias que propone Lenz para reducir el tiempo de pantalla es establecer “zonas sin dispositivos” en casa, como el comedor o el baño.
“Tener espacios libres de tecnología en casa ayuda a mejorar la calidad de las interacciones y reduce la ansiedad asociada al uso constante del celular”, explicó.
Además, establecer momentos del día sin conexión es esencial. Lenz recomendó que las personas programen tiempos específicos para desconectarse, especialmente en la noche.
“El modo enfoque del celular, que bloquea notificaciones, es una herramienta útil para asegurar que no haya interrupciones”, sugirió.
Asimismo, compartió la importancia de monitorear el tiempo de pantalla semanalmente para establecer metas de reducción.
Al observar en qué aplicaciones se gasta más tiempo, las personas pueden ajustar sus hábitos y mejorar su equilibrio digital.
Lenz enfatizó que el proceso debe ser gradual, pero constante, para lograr un cambio duradero en el uso de la tecnología.
La desconexión digital no solo se trata de reducir el tiempo en pantalla, sino también de reconectar con la vida real y con uno mismo.
“La tecnología nos aleja de las experiencias reales y de la introspección; estar presentes es fundamental para el bienestar emocional”, comentó.
También la práctica de estar presentes, como disfrutar de una comida sin el celular o hacer una caminata al aire libre, ayuda a desarrollar una conexión más profunda con el propio cuerpo y las emociones.
“Conectar con nuestras propias necesidades y pensamientos sin la distracción constante de la tecnología es esencial para un bienestar integral”, añadió.
Monica Lenz es venezolana-mexicana y licenciada en Relaciones Industriales con más de 30 años de experiencia en recursos humanos, coaching y consultoría. Ha ocupado puestos directivos en empresas globales como P&G, HP y Citibank, y actualmente lidera su firma de consultoría, Lenz Consulting. Con certificaciones en Psicología Positiva, Coaching Ejecutivo y Medicina Funcional, es health coach en Health4life de TecSalud y profesora en el Tec de Monterrey.