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El peso invisible de los trastornos alimenticios

Escrito por Karla Gisela Ríos Vázquez | Oct 20, 2025 10:11:00 PM

Comer debería ser un acto cotidiano, incluso placentero, sin embargo, para personas con un trastorno alimenticio, cada bocado puede convertirse en una fuente de ansiedad o culpa.

La Dra. Cipatli Ayuzo del Valle, pediatra y líder de la Clínica para el Adolescente en TecSalud, lo define como “un problema para poder disfrutar los alimentos”.

Estos trastornos suelen aparecer entre los 13 y 14 años, justo cuando comienzan los cambios físicos, sociales y emocionales más intensos de la adolescencia.

Niñas o niños que antes disfrutaban sus comidas favoritas pueden de pronto dejar de hacerlo sin explicación aparente”, dijo.

Es por eso que, en este artículo, te contaremos qué causa un trastorno alimenticio y cómo buscar apoyo para un tratamiento adecuado.

 

Los dos grandes tipos de trastornos alimenticios

De acuerdo con la doctora Ayuzo, los especialistas distinguen dos grandes categorías de los trastornos alimenticios y que ayudan a reconocer qué puede estar ocurriendo:

1. Trastornos restrictivos 

Ocurren cuando la persona reduce drásticamente lo que come o evita ciertos alimentos.

Algunas señales comunes son:

  • Comer porciones cada vez más pequeñas
  • Rechazar alimentos que antes le gustaban 
  • Evitar que otros le vean comer 

2. Trastornos purgativos

Buscan compensar lo que se comió, usando medios poco saludables como:

  • Ejercicio extremo 
  • Uso de laxantes o diuréticos 
  • Provocar el vómito o "tirar la comida" en secreto 

Según la doctora, ambos pueden coexistir o transformarse con el tiempo. Lo importante, declaró, es notar cuándo estas conductas empiezan a afectar la vida social, emocional o física del adolescente.

Si un joven deja de salir con sus amigos para evitar comer, o se siente culpable después de hacerlo, es momento de pedir ayuda profesional”, advirtió.

 

Las señales que no debes ignorar

Los trastornos alimenticios no siempre se ven a simple vista. Detrás de una apariencia “normal” pueden esconderse señales que padres, maestros o amigos deben aprender a identificar:

  • Físicas: 

    • Caída del cabello o uñas quebradizas 
    • Fatiga constante
    • Manos y pies fríos 
    • Estreñimiento 
    • En mujeres, pérdida del periodo menstrual por baja grasa corporal (menos del 15%)

  • Conductuales: 

    • Aislamiento social 
    • Despedazar la comida sin comerla 
    • Negarse a participar en reuniones donde haya comida 
    • Obsesión con contar calorías o hacer ejercicio 

Por otro lado, la especialista alertó que, en el caso de niños, puede notarse una detención en el crecimiento o en la estatura, además de cambios de ánimo y pérdida del interés por alimentos “típicos” de su edad como pizza o papas fritas.

 

¿Qué causa los trastornos alimenticios?

De acuerdo con la doctora Cipatli, no existe una sola causa, sino una combinación de factores ambientales, sociales e incluso, genéticos.

  • Contexto cultural:

    • Los estigmas hacia los cuerpos grandes o “imperfectos” siguen generando culpa y vergüenza en muchas personas jóvenes.
  • Entorno social:

    • La presión de redes sociales, la idealización de la delgadez y las dietas restrictivas “saludables” mal entendidas pueden detonar conductas de riesgo.
  • Predisposición genética:

    • Las familias con antecedentes de ansiedad o depresión pueden tener mayor riesgo.

Estos trastornos no discriminan: pueden afectar a cualquier persona, sin importar edad, género o nivel socioeconómico”, subrayó la doctora.

 

Dónde buscar ayuda y cómo apoyar

Si sospechas que tu hijo, alumno o amigo está atravesando por un trastorno alimenticio, buscar ayuda médica lo antes posible puede marcar una gran diferencia.

La doctora compartió que, el primer paso es acudir con un médico de base o pediatra, quien podrá revisar las gráficas de crecimiento, el estado general de salud y derivar a un equipo multidisciplinario, que puede incluir:

  • Psicólogo, para trabajar los pensamientos y emociones relacionados con la comida.
  • Nutriólogo, que adapte una dieta familiar equilibrada.
  • Psiquiatra, en casos donde existan cuadros de ansiedad o depresión.
  • Cardiólogo, cuando el trastorno haya afectado la salud del corazón.

 

Tratamiento y recuperación: una tarea compartida

Según comentó la doctora, el tratamiento más efectivo es el enfoque basado en la familia, donde padres, cuidadores y médicos trabajan juntos para reconstruir una relación sana con los alimentos.

Esto incluye apoyo psicológico, nutricional y médico, y en casos graves, internamiento hospitalario”, explicó.

Añadió que la recuperación es posible, pero requiere paciencia, empatía y acompañamiento constante.

Asimismo, recalcó que los trastornos alimenticios son enfermedades reales, no simples “etapas” o “caprichos”.

Si notas señales de alerta en ti o alguien cercano, no esperes a que sea demasiado tarde. Buscar apoyo puede salvar una vida y devolver la paz que la culpa y la ansiedad le han robado a la comida”, concluyó.

Dra. Cipatli Ayuzo del Valle 

La Dra. Cipatli Ayuzo del Valle es pediatra e investigadora, experta en lactancia materna, vacunación, alimentación infantil y atención del niño sano.

Es egresada de la Universidad Autónoma de Guadalajara como Médico Cirujano y realizó la especialidad en Pediatría en la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Cuenta con certificación en Reanimación Pediátrica por la American Heart Association, está certificada por el Consejo Mexicano de Pediatría y fue miembro del Jackson Memorial Hospital en Miami, Florida. Actualmente es directora de la Clínica de Adolescentes en el Hospital Zambrano Hellion.