Publicado: May 29, 2025 9:54:21 AM
El lupus es un espectro de enfermedades que abarcan síntomas generales, como fatiga, dolor corporal, y fiebre, desencadenadas por una respuesta autoinmune, es decir, una en la que el propio sistema inmune ataca órganos y componentes del cuerpo.
El lupus eritematoso sistémico (SLE) es una forma compleja de lupus con manifestaciones en múltiples sistemas del organismo incluyendo erupción malar, fotosensibilidad, artritis, cefaleas, anemia, así como afectación de riñones, corazón, pulmones, ojos y sistema nervioso (Hoi et al., 2024).
Si bien la mayoría de los pacientes desarrollan la enfermedad en la adultes, hasta el 20% de los individuos que padecen SLE poseen una forma de la enfermedad de inicio en la infancia.
El SLE de inicio en la niñez posee un curso de actividad más severa, con manifestaciones más graves que las que aparecen en los adultos, las diferencias entre estas dos formas de la enfermedad serán tratadas a continuación.
El SLE no tiene una causa única. Es una mezcla entre genética desafortunada, señales moleculares mal dirigidas y detonantes ambientales. En los pacientes pediátricos de SLE, la carga genética suele ser el factor más importante (Pan et al., 2023).
De manera similar, el culpable molecular más predominante en la niñez es la desregulación del interferón tipo I (IFN-I), normalmente solo expresada en la defensa contra patógenos, pero que en SLE se encuentra en un estado de actividad constante. La sobreexpresión de IFN-I alimenta una cascada inmune que se sale de control, involucrando células inmune autorreactivas a componentes propios del cuerpo (Dai et al., 2025).
Desafortunadamente, ya que los más jóvenes poseen una carga sintomática más severa que los adultos, los tratamientos para estos pacientes también suelen ser más agresivos. Los glucocorticoides son un grupo de agentes activos que buscan reducir la inflamación y la respuesta inmune en este padecimiento.
No obstante, la medicina actual reconoce los efectos perjudiciales de un uso prolongado de glucocorticoides, especialmente en un pacientes en crecimiento. Los efectos adversos más comunes de la terapia con glucocorticoides es la osteoporosis, diabetes e hipertensión inmunosupresores (Trindade et al., 2021).
La prioridad en el desarrollo de medidas terapéuticas de SLE es encontrar un enfoque más seguro, específico, y efectivo, que el de medicamentos actuales pueden ofrecer, por ejemplo, al tener como dianas moleculares agentes como el IFN-I.
El avance hacia terapias más inteligentes podría marcar una diferencia enorme en la vida de quienes hoy crecen con este enemigo invisible. Porque cuando el cuerpo se vuelve su propio adversario, el conocimiento, la investigación y la innovación se convierten en los mejores aliados.
Referencias bibliográficas
Dai, X., Fan, Y., & Zhao, X. (2025). Systemic lupus erythematosus: updated insights on the pathogenesis, diagnosis, prevention and therapeutics. Signal Transduction And Targeted Therapy, 10(1). https://doi.org/10.1038/s41392-025-02168-0
Hoi, A., Igel, T., Mok, C. C., & Arnaud, L. (2024). Systemic lupus erythematosus. The Lancet, 403(10441), 2326–2338. https://doi.org/10.1016/s0140-6736(24)00398-2
Pan, L., Liu, J., Liu, C., Guo, L., Punaro, M., & Yang, S. (2023). Childhood-onset systemic lupus erythematosus: characteristics and the prospect of glucocorticoid pulse therapy. Frontiers in Immunology, 14. https://doi.org/10.3389/fimmu.2023.1128754
Trindade, V. C., Carneiro-Sampaio, M., Bonfa, E., & Silva, C. A. (2021). An update on the management of Childhood-Onset Systemic Lupus Erythematosus. Pediatric Drugs, 23(4), 331–347. https://doi.org/10.1007/s40272-021-00457-z