Blog de la EMCS

Un camino hacia la vida: Reconociendo el impacto de los trasplantes médicos

Cada año, el 6 de Junio se conmemora el día del paciente trasplantado. Actualmente se realizan anualmente en el mundo más de 150,000 trasplantes de órgano sólido, la mayoría de riñón. En México se efectúan aproximadamente 3,000 trasplantes renales, 300 de hígado y alrededor de 50 de corazón.

Es el tratamiento de elección para pacientes con enfermedades crónicas en fases avanzadas, la única esperanza de vida para la mayoría. Gracias a este tratamiento muchos son los pacientes que pueden seguir viviendo (trasplantes de corazón e hígado), o con una mejor calidad de vida (trasplantados renales) que les posibilita reintegrarse a la vida laboral o escolar y social.

Los trasplantes sólo pueden realizarse gracias a la solidaridad de aquellas personas que donan sus órganos de manera altruista y voluntaria, ya sea en vida o al morir; ello marca la diferencia con el resto de tratamientos médicos, pues si no tenemos donante no hay trasplante.

Hay una gran desproporción entre la oferta y demanda de órganos, con un número creciente de personas en espera y un numero todavía muy limitado de órganos en muchas áreas geográficas, entre las que se encuentra nuestro país. De hecho, la escasez de órganos constituye el principal factor limitante para el incremento de la actividad. Así, no siempre resulta posible disponer de un órgano compatible, o a veces cuando llega es ya demasiado tarde.

Al ser el único tratamiento que requiere de la participación de otra persona (donador), tenemos la obligación de velar por los dos, y de ahí deriva la necesidad de contar con una normatividad estricta.

En México las dos terceras partes de los trasplantes son de donante vivo, la mayoría relacionados, o sea de algún familiar (vínculo genético-afectivo) y una menor proporción con donantes no relacionados, que está legalmente permitido. En una tercera parte proceden de donante cadavérico.

Donante vivo:

En trasplantes con órganos de donante vivo el objetivo no es solamente mejorar al paciente enfermo, es fundamental la protección y seguridad del donante, que es una persona sana. Requiere un protocolo completo al igual que el receptor, donde se somete a una exhaustiva evaluación clínica y psicológica y se descarta si se detecta algún problema que pudiera ponerle en riesgo.

Todo donante vivo de órganos debe ser mayor de edad, con buen estado de salud, plenas facultades mentales y tras recibir información completa y veraz con riesgos y beneficios, debe firmar su consentimiento. Dicho consentimiento debe ser libre y altruista, con posibilidad de revocación, ya que donar es una decisión personal, intransferible y no exigible; es muy importante aclarar que se le debe brindar atención antes, durante y después de la donación.

En los casos de donante no relacionado, la evaluación clínica procede de igual manera, pero el consentimiento se efectúa ante notario público, comprobándose que no exista lucro. De igual forma se debe constatar ante las autoridades la existencia de un vínculo afectivo. La donación de vivo no relacionado, no debe ser estimulada porque no siempre es posible verificar la ausencia de coacción económica, emocional o física.

 

 

Donante cadavérico: Donante con muerte encefálica

 

La muerte encefálica, reconocida desde el punto de vista biológico, legal y ético como muerte del individuo, se equipara a la perdida de vida por paro cardio respiratorio irreversible, pero permite la extracción de órganos viables para trasplante por mantenerse oxigenados mediante medidas de soporte artificial.

 

El primer requisito exigible en estos donantes es el rigor diagnóstico, es decir, tener la certeza de la muerte del donante una vez efectuados los estudios pertinentes y las valoraciones de los especialistas, los cuales deben ser ajenos al servicio de trasplantes.

 

El consentimiento expreso obligatorio en el donante vivo no es posible obtenerlo en el paciente ya fallecido. En México aplica el consentimiento presunto (no manifestación de oposición en vida) refrendado por la autorización familiar.

Naturalmente esto introduce a terceras personas en la decisión, quienes pudieran expresar su propio punto de vista y no el del fallecido. Desde un punto de vista ético, la voluntad expresada en vida por el fallecido debería ser tenida en cuenta, y de no haberla manifestado, que sean los familiares quienes decidan (siguen vinculados afectivamente con el fallecido representado en su cuerpo).

 

Sin duda, el dilema más importante en los trasplantes de cadáver es la asignación de órganos, es decidir quién o quiénes va a recibir ese bien tan preciado y escaso de una lista de muchos pacientes en espera. Se debe efectuar bajo los principios de equidad y eficiencia y teniendo en cuenta gravedad, oportunidad y compatibilidad para tomar la decisión. La decisión corresponde al equipo de salud, puesto que se sustenta en criterios estrictamente médicos y es avalada por el Comité Interno de Trasplantes de la Unidad hospitalaria. El Comité Hospitalario de Bioética cuenta con un representante en el mencionado Comité.

Toda la actividad relacionada con Donación, Trasplantes, así como listas de pacientes en espera se concentran en el Centro nacional de Trasplantes (CENATRA), que cumple funciones de vigilancia, asesoría, capacitación, auditoría y control.

 

 

Finalmente, recordemos que todos en algún momento de nuestra vida podemos necesitar un trasplante, el cual a la fecha no será factible si no existe un donante. Tómate un tiempo para hablar de ello con la familia y comenta tus deseos al respecto para que nadie decida por ti.

La donación permite reciclar vida, es una original forma de trascendencia (otorgar vida desde las entrañas de la muerte) y un acto de amor y solidaridad sin igual.

 

¡"CUIDA TU VIDA MIENTRAS LA TIENES, DÓNALA A OTRO CUANDO LA PIERDES”!

Comité Hospitalario de Bioética del Hospital Zambrano Hellion

Dra. María José Sebastian.