Publicado: Aug 11, 2025 9:13:02 PM
En el camino hacia sistemas de salud más justos y economías más sólidas, un factor clave ha sido subestimado sistemáticamente: la salud y el bienestar de las mujeres. Un reciente artículo publicado en Nature Medicine —coautorado por la Dra. Felicia Marie Knaul, profesora del Faculty of Excellence del Tec de Monterrey— ofrece una poderosa reflexión respaldada por datos: invertir en las mujeres y su salud no sólo es un imperativo ético, sino una decisión económica estratégica de alto impacto.
La paradoja de los sistemas de salud: motores de equidad… que excluyen
Los sistemas de salud deberían ser motores de equidad de género, pero con frecuencia perpetúan barreras que afectan desproporcionadamente a las mujeres. Desde el acceso limitado a servicios durante la adolescencia hasta el subdiagnóstico de enfermedades no transmisibles en mujeres adultas, el informe evidencia cómo los sesgos estructurales deterioran la salud y productividad femenina a lo largo de toda su vida.
Cinco áreas estratégicas de inversión
El estudio propone un marco integral basado en cinco áreas de inversión clave para revertir estos patrones y generar un ciclo virtuoso de salud, equidad y desarrollo:
Salud infantil y adolescente: Invertir en la salud mental y física de niñas y adolescentes genera retornos económicos de hasta 23 veces lo invertido, y es especialmente relevante para disminuir desigualdades de género desde etapas tempranas.
Educación de las niñas: Un año adicional de educación secundaria puede aumentar los ingresos de una mujer hasta en un 20%. Las mujeres con educación superior reinvierten hasta el 90% de sus ingresos en sus familias, generando efectos positivos intergeneracionales.
Salud sexual y reproductiva: Expandir el acceso a anticonceptivos y atención materna puede reducir hasta un 50% las muertes infantiles y maternas en los países con mayor carga, con beneficios económicos proyectados hasta 27 veces la inversión.
Sistemas de salud sensibles al género: Una inversión adicional de 5 dólares por persona al año en países con alta carga de mortalidad podría generar retornos económicos y sociales de hasta 9 veces lo invertido, si se diseñan servicios centrados en las necesidades específicas de las mujeres.
Mercados laborales justos para el cuidado y la salud: El trabajo no remunerado y mal remunerado de las mujeres representa más del 5% del PIB global. Reconocer y compensar adecuadamente estas contribuciones es fundamental para la equidad laboral y la sostenibilidad de los sistemas de salud.
Derechos y datos: la base de toda transformación
El estudio subraya que sin una plataforma firme de derechos y sin datos desagregados por sexo y género, cualquier esfuerzo será insuficiente. La falta de representación femenina en investigación clínica, en liderazgo en salud y en la recopilación de datos perpetúa un círculo vicioso de invisibilización y mal diseño de políticas.
México en la conversación global
La participación de la Dra. Knaul y la inclusión del Tec de Monterrey en esta publicación refuerzan el compromiso de nuestra institución con una medicina más humana, equitativa y basada en evidencia. Como líderes formadores de profesionales de la salud, debemos impulsar políticas públicas que integren la perspectiva de género y promuevan inversiones costo-efectivas a lo largo de toda la vida de las mujeres.
Invertir en la salud de las mujeres no es solo una cuestión de justicia, es una estrategia inteligente para impulsar el desarrollo económico, social y sanitario de nuestras comunidades. A medida que nos acercamos a la conmemoración de Beijing+30, este informe nos recuerda que el momento de actuar es ahora.
Para consultar el artículo completo:
The economics of investing in women and health. Beverley M. Essue, Kristen Danforth, Ana Langer, Pratyasha Acharya, Felicia Marie Knaul. Nature Medicine, agosto de 2025
https://doi.org/10.1038/s41591-025-03864-8