¿La fatiga a veces no te deja concentrarte, leer o siquiera pensar? Como parte de la experiencia académica, es muy común que nuestro cuerpo y mente sufra cansancio provocando que no podamos prestar atención ni retener información efectivamente. Si esto alguna vez te ha pasado, es probable que tus hábitos de sueño no sean los correctos.
El sueño es vital para la salud física y mental porque afecta directamente a muchos sistemas del cuerpo. No dormir lo suficiente o tener sueño de mala calidad afecta a nuestro sistema inmunológico, sistema cardiaco y respiratorio, así como a nuestra mente. Es por esto que es vital tener hábitos correctos de sueño.
Es posible que el ritmo de vida académico apenas nos permita detenernos y descansar. Llegamos a un punto en el que tener una buena noche de sueño es un lujo. Sin embargo, el sueño es tan importante para la salud como lo es el ejercicio o comer bien.
Dormir bien es vital para mejorar y mantener un buen rendimiento cerebral, y para mejorar nuestra calidad de vida significativamente.
Tener malos hábitos de sueño puede traer consigo diversos síntomas, como dificultad para conciliar el sueño, sentir fatiga al despertar por la mañana y durante el día, dificultad para mantener la concentración, cambios en el estado anímico, tomar varias siestas durante el día, etc. Además de provocar desórdenes de la salud mental como ansiedad, depresión, propensión al abuso de sustancias, desregulación emocional, mayor probabilidad de accidentarse y deterioro cognitivo.
Dormir no es solo un periodo de “inactividad” donde el cerebro se “apaga”, es un periodo imprescindible en el que el cerebro trabaja para eliminar toxinas, para aprender y almacenar información en nuestra memoria. Asimismo, el cuerpo se encuentra en procesos de reparación que solo ocurren durante el sueño, por lo que no dormir correctamente los afecta.
Crear y mantener buenos hábitos de sueño es la clave para evitar todas las consecuencias negativas de no dormir correcta y reperadoramente.