Durante los primeros meses de vida, el cuidado de la piel de un bebé es crítico para su desarrollo. Sin embargo, la piel de los bebés recién nacidos es más delicada que la de un niño o un adulto, y por ello, su cuidado requiere consideraciones especiales.
Muchos padres, especialmente los primerizos, suelen tener dudas acerca de cómo proteger la piel de sus bebés. A continuación, te compartimos los puntos más importantes al respecto.
- Cuando nace un bebé, puede surgir la inquietud de bañarlo lo más pronto posible. No obstante, lo más recomendable es esperar de doce a veinticuatro horas después de que haya nacido. Esto hará que tu bebé no tenga hipotermia y ayudará a una lactancia exitosa.
- Una vez pasadas estas veinticuatro horas, al bañar al bebé es importante no tallar su piel, ya que esto podría deshacer el vérnix caseoso. Esta sustancia que recubre al bebé al nacer tiene muchos beneficios, como el evitar la pérdida de agua por la piel, mantener un pH óptimo y proteger al recién nacido de microbios.
- Otra consideración para los primeros baños es utilizar una tina, ya que estar bajo inmersión resulta menos estresante para el recién nacido que bajo una regadera. Tomando en cuenta esto, la temperatura del agua debe ser siempre tibia, o alrededor de 37.5-38 grados.
- Durante su primer mes, solo se debe bañar al bebé tres veces por semana, ya que, de hacerlo más frecuentemente, se alteraría la flora sana de la piel y su función de barrera. Además, para evitar esto, el baño debe ser solo con agua y jabones sin fragancia.
- En cuanto al cordón umbilical del recién nacido, es importante mantenerlo limpio y seco en todo momento. Para ello no es necesario limpiarlo con alcohol u otra sustancia; una vez terminada su limpieza, se debe doblar el borde del elástico del pañal para que el cordón quede por fuera.
- Terminado el baño, es recomendable usar crema humectante sin fragancia para prevenir enfermedades de la piel.
- Por último, recuerda que, aunque los recién nacidos no deben exponerse al sol, no se debe usar protectores solares antes de los primeros seis meses. Si notas que tu bebé tiene la piel amarilla después de estar bajo el sol, consulta con tu pediatra.
Así como lo es una buena alimentación, el cuidado adecuado de la piel de un recién nacido puede hacer la diferencia en su desarrollo físico futuro.
A pesar de lo delicada que puede ser la piel de un recién nacido, cuidarla puede ser sencillo ya que no requiere de tratamientos especiales. Sin embargo, en caso de cualquier irritación o enrojecimiento, no dudes consultar con un especialista.
Contacto
Instituto de Pediatría
Teléfono: 81.8888.0707