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¿Por qué mi hijo no obedece? Lo que hay detrás de la “rebeldía”

Escrito por Karla Gisela Ríos Vázquez | Jun 25, 2025 4:00:26 PM

Tal vez les ha pasado… están en el supermercado, los hijos gritan, lloran y se tiran al piso. O en casa, cada indicación se convierte en una batalla.

Se preguntan si están haciendo algo mal o si los hijos están teniendo un problema más serio.

La buena noticia es que, como padres, no están solos. La crianza es compleja y los momentos de rebeldía son parte del desarrollo.

Pero, ¿cómo saber cuándo esas conductas son parte de un proceso normal y cuándo es momento de pedir ayuda?

Con el respaldo de la doctora Rebeca Casillas Ortega, especialista en desarrollo infantil, en este artículo, abordamos las etapas clave, los factores que influyen en la conducta y cuándo es necesario buscar acompañamiento profesional.

 

Etapas de rebeldía

De acuerdo con la doctora Casillas, la llamada "rebeldía" infantil no es una falla en la crianza. En muchos casos, es una parte esperada y necesaria del crecimiento emocional y neurológico del niño.

Explicó que una de las primeras etapas en las que esto aparece con fuerza es alrededor de los dos años, con la llegada de los llamados “terribles dos”.

En esta etapa, tu hijo empieza a desarrollar su identidad y diferenciarse de ti, y comienza a explorar qué puede hacer por sí mismo, poniendo a prueba los límites establecidos”, comentó.

Según la especialista, esto, aunado a que su cerebro aún está en desarrollo, particularmente las zonas encargadas de la autorregulación emocional, provoca que las explosiones, berrinches y resistencia a seguir instrucciones sean comunes.

Es normal que los niños pasen por varías etapas en su desarrollo que tienen que ver con que se forme una identidad propia”, dijo.

Sin embargo, aclaró que no todo comportamiento desafiante es parte del desarrollo típico.

 

¿Cuándo pedir ayuda?

La doctora comentó que hay señales claras que indican que esa rebeldía va más allá de lo esperado. Especialmente cuando:

  • Las conductas interfieren con la convivencia familiar cotidiana
  • Hay agotamiento parental
  • Los conflictos son constantes y sin solución
  • Se generan crisis repetidas, tanto en casa como en entornos escolares o sociales

Sobre todo cuando se habla de niños tan pequeños, el ambiente y la familia tienen un papel fundamental”.

Es importante ayudar a identificar el temperamento de los hijos y conocerlos mejor, para tener los mejores recursos para apoyarlos”, agregó la especialista.

 

El adulto como espejo emocional

Asimismo, la doctora Rebeca Casillas señaló que los niños no aprenden a regularse por sí solos. Lo hacen a través del ejemplo emocional del adulto.

Si tú, como madre, padre o cuidador, estás cansado, frustrado o desbordado, es muy probable que tu hijo también lo esté”, explicó.

Sin embargo, aclaró que esto no significa que lo estén haciendo mal, sino que la crianza requiere de mucho más apoyo del que nos enseñaron a pedir.

Nadie nace sabiendo ser mamá o papá, y muchas veces repetimos patrones que no funcionan con nuestros propios hijos”, comentó.

Además, explicó que la presión social puede hacer más difícil criar con calma: “Juzgamos al niño que hace un berrinche en público, y a sus padres por no controlarlo”.

Pero, lo que deberíamos hacer como sociedad, es acompañar y permitir que esos padres puedan sostener emocionalmente a su hijo”, aconsejó.

 

¿Y si ya es adolescente?

La doctora también explicó que, en la adolescencia, la rebeldía es parte del camino.

De hecho, alertó que un adolescente que nunca se opone, que no expresa inconformidad o diferencia con sus padres, puede estar reprimiendo su construcción de identidad.

Eso sí, aclaró que hay momentos en que esta rebeldía puede volverse riesgosa:

  • Cuando el adolescente se aísla completamente
  • Cuando hay señales de autolesiones, consumo de sustancias o conductas de riesgo
  • Cuando no hay posibilidad de diálogo con ningún adulto de confianza

En estos casos, el acompañamiento profesional es urgente, y no como castigo ni imposición, sino como puente para abrir nuevas formas de comunicación y contención”, dijo la doctora Casillas.

 

Pedir ayuda no es rendirse

Finalmente, la especialista explicó que la rebeldía infantil o adolescente no es un enemigo. Es una oportunidad para crecer, conectar y acompañar.

Pero para hacerlo, recomendó que primero es necesario mirarse con compasión y cuidar de nosotros mismos.

Del mismo modo, la doctora compartió tres recomendaciones clave para quienes están criando a un niño o adolescente desafiante:

  1. Conecta emocionalmente con tu hijo. Obsérvalo, escúchalo y reconoce qué lo detona. La conexión siempre abre caminos.
  2. Trabaja en tu propia regulación emocional. Tu serenidad es su mejor guía.
  3. Pide ayuda profesional cuando lo necesites. No es señal de fracaso, sino de amor y responsabilidad.

Dra. Rebeca Casillas Ortega

La Dra. Rebeca Casillas es especialista en desarrollo infantil y docente en la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tecnológico de Monterrey, Campus CDMX, con amplia experiencia en crianza respetuosa, acompañamiento emocional a familias y diagnóstico temprano de alteraciones del desarrollo.

Su enfoque empático y profesional ayuda a que padres y madres encuentren nuevas formas de conectar y comprender a sus hijos.