¿Sabías que la genética y el estilo de vida de la población hispana son una combinación propicia para el desarrollo de enfermedades hepáticas?
Por ejemplo, entre los mexicanos, el hígado graso es la enfermedad hepática más común, frecuentemente asociada al síndrome metabólico, la obesidad y factores genéticos.
Incluso, el gen PNPLA3, presente en la comunidad latina, eleva hasta en un 40% el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Pero, ¿qué se puede hacer frente a este escenario?
El doctor César Escareño, director del Servicio de Trasplantes de TecSalud, aseguró que la alimentación balanceada, actividad física y evitar alcohol o tabaco son las verdaderas herramientas para prevenirlas.
Sin embargo, la falta de una cultura de prevención que puede cambiar el rumbo de miles de vidas, hace que enfermedades, como las del hígado, se detecten en etapas avanzadas.
Es entonces que, cuando se identifica un daño irreversible en el hígado, la única opción terapéutica es el trasplante.
El doctor Escareño agregó que, cuando se presenta la opción de trasplante, surge otro problema: el reto de una cultura sólida de donación y un sistema eficiente de trasplantes en México.
Y no es porque en el país no se puedan realizar este tipo de cirugías de alta especialidad, sino por “la poca disponibilidad, la referencia tardía, y la falta de información sobre el tema”, expresó el doctor.
“Apenas 250 a 300 trasplantes de hígado se realizan al año en todos los centros del país, mientras que un sólo hospital en Estados Unidos, puede alcanzar esa cifra en el mismo periodo”, agregó.
El doctor aclaró que, realizar un trasplante de hígado, a diferencia de otro tipo de órganos, no es tarea sencilla.
“Involucra a más de 15 profesionales de la salud, dos quirófanos en paralelo y coordinación quirúrgica entre ciudades”, destacó.
Asimismo, agregó que la cirugía incluye tres fases críticas: hepatectomía, fase anhepática (sin hígado) e implantación del nuevo órgano.
Testigo de ello es Alejandro Peña García de 48 años, quien vivió un proceso de trasplante complejo tras ser diagnosticado con hepatitis autoinmune y cirrosis.
“Fue una segunda oportunidad de vida. Ya no tenía expectativa de sobrevivencia, me estaban fallando los riñones y los pulmones. Recibir el hígado fue volver a nacer", expresó Alejandro.
Después de ser evaluado y aceptado por el comité médico del Hospital Zambrano Hellion y haber recibido el trasplante de hígado, compartió que su recuperación ha sido integral, tanto física como emocional.
Además, pidió a los pacientes que esperan un trasplante “tener voluntad y confianza, ya que siempre se puede presentar la oportunidad de recibir al donador correcto”.
En este sentido, el doctor Escareño, señaló que, la edad, el estado clínico o el diagnóstico inicial no deben ser criterios de exclusión por sí mismos.
“Todos los pacientes son candidatos a trasplante hasta que se demuestre lo contrario, todos tienen derecho a ser evaluados”, declaró.
Finalmente, el doctor Escareño hizo un llamado al compromiso con la medicina de alta especialidad y la promoción de una cultura de prevención, enfatizando que una mejor educación t tratamientos, pueden salvar vidas.
Dr. César Eliud Escareño Pérez
Es médico cirujano general con especialidad en cirugía de trasplantes y hepato biliar. Es experto en trasplante hepático, renal y de páncreas, y en el tratamiento de enfermedades como cáncer hepático, cirrosis y oclusión de vías biliares.
Es miembro de la Sociedad Americana de Cirujanos de Trasplantes, del Colegio Americano de Cirujanos y la Sociedad Mexicana de Trasplantes.
El doctor es director del Centro de Trasplantes en TecSalud, Profesor TecSalud y realiza su práctica tanto en el Hospital San José, como en el Hospital Zambrano Hellion.