Seguramente ya has escuchado hablar acerca de los antioxidantes y su relación con el envejecimiento, sin embargo, estas sustancias tienen un rol que va más allá del deterioro de las células que ocurre naturalmente con la edad.
Si bien podemos encontrar antioxidantes de forma natural en muchos alimentos, particularmente frutas y verduras, en los últimos años, nos los han tratado de vender en suplementos o como complementos en productos para el cuidado de la piel.
Los antioxidantes tienen el trabajo de neutralizar unas moléculas llamadas “radicales libres” para minimizar el daño que pueden causar en nuestras células, pero, si no tenemos un cuerpo sano y una base fuerte de antioxidantes, podemos acelerar nuestro proceso de envejecimiento y ser propensos a desarrollar enfermedades como el cáncer.
A continuación, te contaremos qué son los radicales libres, de qué manera pueden afectar nuestro organismo y qué podemos hacer para evitar que se acumulen en nuestras células con la ayuda de antioxidantes, para así lograr tener un balance en todos los procesos químicos de nuestro cuerpo.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer, los radicales libres son moléculas inestables que se crean durante el metabolismo normal de las células, pero también se pueden desarrollar por exposición a agentes tóxicos en el ambiente.
Durante el metabolismo celular, en el que la glucosa reacciona con el oxígeno para producir energía, en ocasiones se liberan moléculas inestables a las que les falta uno o varios electrones y para volverse estables, buscan otras moléculas a las que les quitan el electrón que les hace falta, creando una reacción en cadena que llega a perjudicar a las mismas células.
Este daño puede variar, pero usualmente se manifiesta acelerando el proceso de envejecimiento y en algunos casos, juega un papel muy importante en el desarrollo de enfermedades como el cáncer.
La producción de radicales libres puede ocurrir como parte de los procesos naturales del cuerpo y conforme avanzamos en edad, ocurre con mayor frecuencia, sin embargo, si constantemente estamos expuestos a agentes cancerígenos como el humo del cigarro, radiación, contaminación ambiental y pesticidas, aumenta la probabilidad de que los radicales libres ocasionen cáncer.
Una vez que se crean los radicales libres, éstos tienen la libertad de provocar daños en nuestro organismo, creando así, un desbalance denominado estrés oxidativo y es que, cuando un radical libre se roba el electrón de otra molécula, esa molécula se convierte en radical libre, repitiendo el ciclo y creando más radicales libres.
Los radicales libres provocan daños en nuestro ADN y esos daños son los que originan algunas enfermedades y aceleran el proceso de envejecimiento.
En una persona sana, los radicales libres son eliminados rápidamente desde el interior de las células por antioxidantes naturales, pero en personas con enfermedades crónicas o en adultos mayores, es más difícil su eliminación.
Los antioxidantes son substancias que se encuentran en plantas, atacan a los radicales libres y reducen el daño que pudieran causarle a nuestro organismo, es por eso, la importancia de llevar una dieta rica en frutas y verduras.
En realidad, no podemos deshacernos de los radicales libres porque forman parte de los procesos naturales del cuerpo, pero sí podemos evitar exponernos a sustancias tóxicas y fortalecer nuestro cuerpo con antioxidantes.
Aquí te compartimos algunas recomendaciones puntuales:
Ahora ya conoces la relación entre los radicales libres y antioxidantes, y la importancia de llevar un estilo de vida saludable para mantener estables los procesos químicos de tu cuerpo. Si deseas comenzar a vivir una vida saludable únete a Health4Life de TecSalud y recibe asesoría de profesionales de la salud.