Después de dos años de vivir en pandemia, de una u otra forma todos nos hemos sentido agotados, fatigados o irritables. Todos hemos tenido síntomas evidentes del “síndrome de desgaste profesional” o “de la persona quemada”, conocido también como burnout.
No es por nada que muchos nos sintamos de esa manera, después de todo, el estrés y la ansiedad que nos causó el miedo de contagiarnos, el estar encerrados, el trabajar desde casa y ahora, la crisis económica, entre muchas otras cosas, nos han desgastado mental, emocional y físicamente.
Pero, ¿cómo surgió el término y cómo se expresa? En este artículo responderemos a estas preguntas y te compartiremos algunas recomendaciones para evitar este padecimiento que afecta a tantos trabajadores.
El término del síndrome del hombre quemado o burnout fue descrito por primera vez en 1974 en el libro “Burnout: The High Cost of High Achievement” del doctor Herbert Freudenberger, un psicólogo estadounidense.
En el libro, el doctor Herbert describe cómo de manera gradual, las personas pierden el interés en sus trabajos y responsabilidades, conduciéndolas a depresiones profundas que van deteriorando todos los ámbitos de su salud.
Este fenómeno se ha vuelto en la enfermedad silente de nuestra época, consecuencia de varios acontecimientos actuales que afectan directamente nuestra salud, pero que también han impactado en muchos aspectos de nuestra vida.
Luego de décadas de estudio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció el burnout como una enfermedad ocupacional asociada al agotamiento mental, emocional y físico causado por el trabajo.
No es un agotamiento común, sino crónico, en el que las personas llevan meses o años afectados por el cansancio y se puede presentar con mayor frecuencia en personas autoexigentes o perfeccionistas que se concentran en su rendimiento y olvidan sus necesidades básicas.
El burnout se puede expresar a través de síntomas emocionales, mentales y físicos. Entre las afecciones emocionales y mentales existen sentimientos de agotamiento, fracaso e impotencia, baja autoestima, estado permanente de nerviosismo, dificultad para concentrarse y comportamientos agresivos e irritables.
Por otro lado, algunos de los síntomas físicos incluyen dolores de cabeza, taquicardia, insomnio, gastritis, aumento de la presión arterial, síndrome de colón irritable y adormecimiento en diferentes partes del cuerpo.
La OMS estima que el 75% de las personas trabajadoras en México padecen los efectos de un estrés laboral crónico, siendo el segundo país con mayores incidencias a nivel mundial.
Esto se correlaciona con la estadística de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que clasifica a México como el país en el que más horas se trabaja.
Entonces, no es extraño que 8 de cada 10 personas trabajadoras en este país, viven con estrés laboral y estos altos niveles de estrés, elevan los niveles de cortisol en el cuerpo a tal punto que puede desencadenar enfermedades autoinmunes, cardiovasculares o de orden metabólicas entre muchas otras.
Estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la OMS, publicado en el año 2021, indica que en 2016 más de 745 mil personas murieron por cardiopatías isquémicas y accidentes cerebrovasculares. Lo que tenían en común, además de sus padecimientos, es que trabajaban más de 55 horas a la semana.
Frente a todo lo anterior, a nivel laboral es evidente que se requiere crear conciencia en los líderes y en los propios colaboradores de las organizaciones, así como aplicar algunas medidas que puedan evitar este padecimiento como las siguientes:
Ahora, si crees que tú pudieras estar sufriendo de burnout, aquí te dejamos algunas recomendaciones para que cuides tu salud:
Esperamos que estas recomendaciones te ayuden a evitar o prevenir el burnout para que no descuides unos de los aspectos más importantes de tu vida: tu salud.
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