La autoestima es un concepto que escuchamos con frecuencia, pero ¿realmente entendemos lo que significa y cómo se construye?
Más allá de ser solo un estado emocional, la autoestima se forma desde los primeros años y evoluciona a lo largo de las diferentes etapas de la vida.
Más que una simple palabra, es la percepción que tenemos de nosotros mismos y cómo valoramos nuestras capacidades, decisiones y logros.
En un mundo donde las redes sociales y los entornos digitales tienen un impacto significativo en nuestra percepción personal, reflexionar sobre la autoestima es más relevante que nunca.
La doctora Xóchitl Garza, doctora en psicología, nos invita a entender cómo se forma la autoestima y a tomar medidas para fortalecerla frente al mundo digital.
Para empezar, la autoestima comienza a desarrollarse desde los primeros vínculos que establecemos con nuestros cuidadores primarios, como los padres.
“Estos vínculos nos ayudan a conocernos y fortalecen la idea del ‘yo’, el quién soy y lo que quiero ser”, explicó la doctora Garza.
Por lo que el entorno familiar tiene un papel crucial en proporcionar un espacio seguro donde los niños puedan expresarse y aprender sobre sí mismos.
Después en la adolescencia, las relaciones con amigos y parejas adquieren un papel central. Estas conexiones, según la doctora, nos ayudan a “volver a nuestro centro” en momentos difíciles.
La doctora explicó que es en ese momento que se consolidan aspectos clave de la autoestima, como el reconocimiento de nuestras aspiraciones, metas y valores personales.
Para el periodo de adultez, la calidad de nuestras relaciones interpersonales y el impacto de las redes sociales pueden fortalecer o debilitar nuestra autoestima.
El entorno que rodea a los niños es determinante en la construcción de su autoestima.
La doctora Garza enfatizó que “los gritos o un ambiente hostil pueden afectar la expresión y el desarrollo emocional de los niños”.
La doctora recomendó ampliamente que los padres creen un ambiente donde los niños se sientan valorados y respetados.
“El tono de voz, las palabras que usamos y la forma en que respondemos a sus emociones tienen un impacto directo en cómo ellos perciben su valor personal”, explicó.
Añadió que un entorno emocionalmente seguro fomenta la confianza en sí mismos y la capacidad de expresar sus pensamientos y sentimientos.
Asimismo, comentó que el entorno digital también forma parte de este escenario. Por ello, supervisar el contenido que consumen y limitar el tiempo frente a pantallas son estrategias fundamentales.
La doctora Garza sugirió que, además de monitorear el tiempo en dispositivos, es importante hablar con los niños sobre lo que ven y sienten al consumir contenido digital, para ayudarles a procesar y contextualizar la información de manera positiva.
La doctora Garza señaló que el entorno virtual ha transformado cómo interactuamos y, por ende, cómo percibimos nuestra autoestima.
“La comparación constante con modelos irreales en redes puede debilitar nuestra autoestima, especialmente cuando buscamos validación externa en likes y seguidores”, señaló.
También, comentó que un problema frecuente es el impacto del lenguaje que se utiliza en redes, como adjetivos calificativos y etiquetas que pueden ser hirientes.
“La forma en que interactuamos en redes puede reforzar estereotipos negativos y fomentar una cultura de desvalorización”, explicó la doctora.
Para contrarrestar esto, es importante establecer límites claros en el uso de redes sociales y fomentar relaciones significativas en el mundo real.
Según la doctora Garza, la autoestima también se fortalece a través de las conexiones significativas con quienes nos rodean.
“Tener un buen amigo que nos escuche y nos pregunte cómo estamos puede marcar una gran diferencia”, dijo.
Este tipo de relaciones nos recuerdan que somos valorados y nos ayudan a reconocer nuestras emociones y necesidades.
Además, reconectar con uno mismo es un paso esencial para una autoestima saludable.
Dedicar tiempo a actividades que nos hagan sentir plenos, como hobbies, ejercicio o simplemente reflexionar sobre nuestras emociones, nos permite entendernos mejor y fortalecer nuestra confianza.
“La introspección es clave para identificar nuestras fortalezas y áreas de mejora, lo que nos ayuda a avanzar de manera realista y positiva”, añadió.
Finalmente, valorar nuestras interacciones presenciales y cultivar relaciones que aporten a nuestro bienestar emocional, nos protege de las influencias negativas del entorno digital.
“Las relaciones cara a cara nos anclan en la realidad y nos dan el apoyo necesario para enfrentar desafíos emocionales y construir una autoestima más sólida”, señaló.
Dra. Xóchitl Garza Olivares
Profesora y supervisora de la carrera de Psicología Clínica y de la Salud en el Tecnológico de Monterrey desde 2019. Es Licenciada en Psicología Clínica por la UANL, Maestra en Administración Educativa y Doctora en Psicología por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
También, es miembro de la Asociación Latinoamericana de Psicología de la Salud. Su trabajo se centra en áreas como educación para la salud, prácticas de alimentación parental y telepsicología, con publicaciones en libros y revistas indexadas.