Existe en el mercado una gran variedad de endulzantes artificiales, conocidos también como edulcorantes.
Éstos han ganado popularidad a raíz de un creciente interés en disminuir el consumo de azúcar refinada debido a sus consecuencias principalmente en el aumento de peso, la obesidad. Pero, ¿es seguro sustituir su dulce sabor con otras sustancias?
Los nombres mencionados son comercializados bajo diversas marcas, y los encuentras en tu mesa de café en sobres de diversos colores, o adicionados en alimentos procesados para hacerlos más dulces y disminuir su aporte calórico.
Quizá te has preguntado por qué existe un gran problema de diabetes, sobrepeso y obesidad si hoy en día contamos con tantos sustitutos del azúcar.
Lo que ocurre es que cuando ingieres uno de ellos, de entrada, tu organismo no lo distingue: no sabe que no es azúcar y que no hay calorías, así que desencadena la liberación de insulina, lo que provoca que aumenten los niveles de insulina en sangre y puede provocar mayor deseo de consumir alimentos azucarados o edulcorantes.
También es importante saber que el uso regular o excesivo de estos productos sin calorías cambia el equilibrio de nuestras bacterias intestinales (microbiota). Esto podría hacer que nuestras células sean resistentes a la insulina que producimos, ocasionando un desorden metabólico (aumento de los niveles de insulina y de azúcar en sangre).
Si tu alimentación se compone en gran medida de productos “light”, los cuales incluyen edulcorantes artificiales entre sus ingredientes para disminuir calorías, entonces puedes rebasar, sin darte cuenta, el límite de lo que hasta el día de hoy se considera seguro consumir.
Ten presente que el sentirte libre de consumir edulcorantes artificiales por el hecho de que no te aportan calorías puede provocar que sientas mayores deseos de productos dulces, y entres en un consumo poco saludable tanto de lo dulce como de los mismos edulcorantes.
No todos los edulcorantes son artificiales o procesados químicamente. Hay productos naturales que también sustituyen al azúcar, y aunque pueden hacer que el sabor de los alimentos varíe un poco, cumplen con la función de endulzarlos:
Como conclusión podemos recomendarte que, sea como sea, limites el consumo de bebidas azucaradas a dosis diarias, y en cuanto a los edulcorantes artificiales, máximo dos sobres diarios.
Al igual que en muchos otros alimentos, lo que hace la diferencia es la cantidad que consumes. Utiliza el azúcar, o bien sus sustitutos, con moderación, y disfruta del lado dulce de la vida.
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