Tal vez en estos momentos le esté doliendo el estómago y presente vómitos o diarrea, y quizá en un principio no sabías si era intoxicación o incluso COVID-19, lo cierto es que contrario a creencia popular, la gripe estomacal no es una “gripe” y tampoco es causado por el virus de la influenza.
La gripe estomacal es una gastroenteritis viral ocasionada por norovirus y presenta síntomas muy similares a los de una intoxicación, tales como el dolor estomacal, diarrea, náuseas y vómitos.
Esta enfermedad es repentina y usualmente dura poco, menos de una semana, y la mayoría de las personas se recuperan sin la necesidad de tratamiento médico, sin embargo, en el caso de los niños muy pequeños o de personas de la tercera edad, la gripe estomacal puede llevar a la deshidratación.
Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) los norovirus son virus muy contagiosos y responsables de la mayoría de los brotes de gastroenteritis. Estos virus se propagan con mucha facilidad y muy rápidamente, ya sea por consumir alimentos infectados o por tener contacto directo con personas que tengan el virus.
Por tal motivo, es importante protegerse manteniendo buenos hábitos de higiene como lavarse las manos frecuentemente, lavar muy bien las frutas y verduras, y cocinar completamente los pescados y mariscos.
Sin embargo, si alguno de tus hijos se llega a enfermar, evita que salgan de casa y que tengan contacto con otras personas para que no las vayan a contagiar. También, recuerda limpiar todas las superficies que tocaron los pequeños, así como desinfectar los baños.
Al presentarse diarrea y vómito, la pérdida de líquidos es inevitable y si estos síntomas ocurren varias veces al día, se corre el riesgo de padecer deshidratación. La deshidratación es la complicación más común de la gripe estomacal o gastroenteritis viral y ocurre cuando no se reponen eso líquidos perdidos.
La deshidratación es particularmente peligrosa en los niños pequeños y más aún si tienen un sistema inmunitario debilitado. Puede ocasionar daños graves a los órganos e incluso conducir a la muerte. Por tal motivo, es importante estar al pendiente de la frecuencia en la que los niños van al baño y en la que ocurren los vómitos.
Si crees que tu hijo o hija puede estar deshidratado, si el vómito y la diarrea son severos o si existe un dolor abdominal importante, te recomendamos acudir con un médico para evitar mayores complicaciones y recibir el tratamiento adecuado.
Recuerda que para prevenir enfermedades y mantener un sistema inmunitario fuerte, es necesario llevar hábitos saludables e inculcar esos hábitos buenos en los niños. Y no olvides contactar a tu médico ante cualquier duda o emergencia.
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