Cistitis: más que una infección urinaria

La cistitis suele ser confundida con las infecciones urinarias, ya que ambos padecimientos comparten síntomas similares. Sin embargo, la cistitis se refiere a una inflamación de la vejiga que se puede dar de forma aguda o crónica, dependiendo de cuánto tiempo esté presente.

La cistitis aguda es un padecimiento muy común, constituyendo el segundo motivo más frecuente de consulta médica urológica en México, después de las infecciones de vías urinarias.
Ambos tipos de cistitis tienen los mismos síntomas: en general, se manifiesta como ardor al orinar, dolor en el abdomen bajo o vientre, frecuencia urinaria y sensación de urgencia de orinar, y un poco menos común, sangrado.

Sin embargo, las causas difieren entre la cistitis aguda y la crónica. El noventa por ciento de las veces, la causa de la cistitis aguda son infecciones urinarias que, al no ser atendidas adecuadamente, “ascienden” de la uretra a la vejiga, provocando una inflamación.

Ya que la uretra, el tubo por el que sale la orina de la vejiga, es más corta en el organismo femenino que en el masculino, y, por ende, más fácil que las bacterias en la uretra lleguen a la vejiga, la cistitis es más común en mujeres.

 

Factores de riesgo

A lo largo de su vida, alrededor de un cuarenta a sesenta por ciento de las mujeres experimentan por lo menos una infección de vías urinarias que puede desencadenar en una cistitis.

Entre los factores de riesgo, además del de ser mujer, están el tener relaciones sexuales sin protección, padecer enfermedades como la diabetes y estar en la etapa posmenopausia.

En hombres, normalmente cuando se tiene una infección de vías urinarias o una cistitis aguda casi siempre se trata de algo “complicado”, es decir, existe alguna alteración anatómica que esté ocasionando la infección.

Dentro de las causas más comunes en hombres está el crecimiento prostático: a partir de los 60 años, existe una mayor incidencia en el crecimiento de la próstata, que a su vez obstruye la vejiga y favorece la formación de bacterias.

Por otro lado, la formación de piedras o tumores en las vías urinarias en hombres también pueden provocar una inflamación de la vejiga.

 

¿Cómo prevenir la cistitis?

Ya que por lo general la cistitis es causada por infecciones urinarias, la mejor manera de prevenirla es acudir con un especialista tan pronto se manifiesten síntomas comunes de estas infecciones para evitar que llegue a la vejiga.

Asimismo, es importante no automedicarse, ya que se ha visto en muchos estudios que esto favorece la formación de bacterias más resistentes y difíciles de tratar que llevarán de una infección urinaria a una cistitis.

Aunque se suele pensar que ciertas bebidas previenen las infecciones de la orina, como las limonadas o agua de jamaica y arándano, lo que es importante es la hidratación y la estimulación de la formación de orina para “barrer” y eliminar las bacterias.

Por otro lado, cuando se padece una cistitis se recomienda evitar beber café o refrescos, ya que éstos pueden empeorar los síntomas.

 

¿Qué es la cistitis intersticial?

La inflamación crónica de la vejiga, padecimiento poco común, es aquella que dura más de seis semanas y que no es ocasionada por una infección urinaria o por bacterias. Aunque los síntomas son los mismos que con una cistitis aguda, éstos duran más tiempo, y, además, el dolor crónico disminuye al momento de orinar.

Este síndrome es un diagnóstico de exclusión, es decir, primero se busca descartar otros padecimientos, como infecciones de vías urinarias, cuerpos extraños presentes en la vejiga o alteraciones funcionales, como la vejiga hiperactiva. Una vez que se descartan estos se puede considerar que una persona sufre de cistitis intersticial.

Al ser una enfermedad crónica, el tratamiento de la cistitis intersticial se basa en controlar los síntomas. Incluso si desaparecen por un tiempo, éstos tienden a volver tarde o temprano.

En ocasiones, los pacientes no buscan atención médica porque les da pena o por falta de información. Sin embargo, retrasar el tratamiento o diagnóstico también se puede asociar a complicaciones más graves, por lo que es importante que una vez que empiecen con los síntomas, se busque atención inmediata para tener un diagnóstico y tratamiento lo más pronto posible.

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