¿Te ha sucedido que de vez en cuando escuchas una voz interior, dando opiniones, emitiendo juicios, tomando decisiones y haciendo suposiciones? ¿Te has preguntado de dónde viene esa voz?
Si tienes esa voz interior que rara vez te deja en paz, no te preocupes, no te vamos a juzgar, de hecho, todos la tenemos. A esa voz interior se le llama “autolenguaje” y se refiere literalmente a eso, hablarse a uno mismo en nuestro propio lenguaje.
Nuestra voz interior es verdaderamente importante, ya que a través de ella podemos interpretar el mundo que nos rodea y nos ayuda a saber cómo actuar, y en esencia, a tomar las decisiones más importantes de nuestras vidas.
Entonces, ¿cómo puedo utilizar esa voz interior para tener un mayor bienestar mental y emocional?
Para responder a esta pregunta, primero hay que remontarnos a los años 90, durante el surgimiento de la psicología positiva.
Desde principios del siglo pasado, la psicología se enfocó principalmente en diagnosticar y tratar las enfermedades mentales, y no fue sino hasta finales de los años 90 que comenzó a cambiar ese enfoque.
Gracias a Martin Seligman, psicólogo y escritor estadounidense, y pionero de la psicología positiva, se comenzó a dar más importancia a la prevención de las enfermedades mentales para mejorar la salud emocional y mental de las personas.
Esta prevención se logra a través de la psicología positiva, es decir, analizando qué aspectos de los entornos de las personas impactan positivamente en el bienestar mental y otorgando más valor a esos factores para lograr una vida plena.
Regresando al tema de nuestra voz interior, ¿te has dado cuenta cómo te hablas a ti mismo? Suponiendo que para hablar con los demás eres más compasivo y amable, ¿por qué no lo haces contigo mismo?
Tenemos la creencia de que para dar resultados o lograr nuestros objetivos, debemos exigirnos, empujarnos y a veces, hasta patearnos para lograrlo. Pero en realidad, no necesitamos darnos ese maltrato.
El enfoque de la psicología positiva, nos permite dirigir nuestra atención más a fondo a cómo nos hablamos para poder elegir ese lenguaje interior y hacerlo más positivo, menos crítico, menos exigente y perfeccionista.
De esta manera convertiremos nuestra conciencia verbal, no en una limitación, sino en una fortaleza. En algo que nos permita mejorar, avanzar y crecer.
Es por eso, que te invitamos a estar más atento a tu mundo interno y a hablarte a ti mismo como le hablarías a alguien que quieres. ¡Te reto a quererte más!
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