Para que una persona pueda ser donador en vida, existen una serie de filtros que aseguren no sólo el estado de salud de donador y órgano, sino también que es un acto altruista, desinteresado.
Aunque la mayoría de las campañas de donación de órganos nos llevan a pensar en hacerlo al morir, en ocasiones es posible hacerlo en vida, como es en el caso de los riñones, y continuar viviendo de manera normal.
¿Cómo funciona la donación de órganos en vida?
Para que una persona pueda ser donador en vida, existen una serie de filtros que aseguren no sólo el estado de salud del donador y del órgano, sino también que sea un acto altruista, desinteresado.
Es requisito indispensable que los donadores tengan entre 18 y 60 años, gocen de buena salud en general, sin problemas crónicos como diabetes o hipertensión (entre otros), y que psicológicamente estén seguros de su decisión.
En México está prohibido comercializar órganos. Esto es, si un paciente requiere por ejemplo un riñón, no puede comprarlo a otra persona ya que se encuentra penado legalmente.
Si entre sus familiares o círculo cercano existe alguien dispuesto a donarlo y es compatible, los médicos pueden proceder a un protocolo de análisis de la situación que permitiría que el receptor obtenga el órgano, mientras que el donador puede continuar su vida normal una vez pasado el tiempo de recuperación.
También puede suceder que entre los pacientes en lista de espera para trasplante existan personas que conozcan a alguien dispuesto a donarles un riñón, pero que sean incompatibles.
En estos casos es posible entre receptores "intercambiar" donantes (siempre y cuando ellos estén de acuerdo), para que cada uno reciba el órgano que sí es compatible con su cuerpo.
¿Qué otro órgano puede donarse en vida?
El hígado es un órgano con alta capacidad de regeneración. Si se toma una parte de este para donarlo, se regenerará en unas semanas, y el receptor podrá tener una nueva oportunidad de vivir.
Tanto niños como adultos pueden recibir, si son candidatos a trasplante, una parte del hígado de un familiar cercano o donador altruista compatible, logrando ambos recuperarse unos pocos meses después, con un hígado que se regenerará prácticamente de manera completa.
El trasplante de órganos es una opción cuando ya los tratamientos farmacológicos no tienen efecto en la condición del paciente, sin embargo, debe considerarse que el receptor debe cumplir con ciertos criterios para poder acceder a este procedimiento.
Por otro lado, la Ley General de Salud en México requiere que se firmen documentos de consentimiento en el caso de donadores vivos, y si éste no tiene relación de parentesco con el paciente, debe acudir ante un notario público para expresar que está enterado y seguro del carácter libre, altruista y consciente de la donación.
En todos los hospitales que realizan estos procedimientos existe un Comité de Trasplantes al que puedes acercarte para resolver dudas e inquietudes si necesitas o deseas ser donante en vida de órganos.
Aunque es una decisión compleja, cuando está de por medio el bienestar de los seres más queridos, la donación en vida se convierte en una posibilidad que puede analizarse en familia y brindar esperanza.
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