Fibromialgia: una enfermedad incomprendida

En un principio, se creía que la fibromialgia, enfermedad que produce dolor y sensibilidad muscular, era un problema psiquiátrico. Esto, debido a que los pacientes reportaban dolor generalizado pero ningún estudio médico confirmaba inflamaciones en articulaciones o músculos ni ninguna otra condición física que pudiera explicarlo.

En la actualidad, gracias al avance de la ciencia y a estudios más actualizados, se reconoce que se trata de una enfermedad de hipersensibilidad en el sistema nervioso central que afecta principalmente a las mujeres, siendo de doce a quince diagnosticadas con fibromialgia por cada hombre.

Aunque el principal síntoma de la fibromialgia es el dolor generalizado, ésta engloba más señales de alerta, como trastornos del estado de ánimo y del sueño o fatiga. Un poco menos frecuentes, pero aun así posibles, los síntomas también incluyen problemas de memoria, colitis, gastritis y síntomas urinarios que no están acompañados de infecciones en la orina.

Existen guías internacionales que ayudan a los médicos a diagnosticar la fibromialgia, como lo son las de la Sociedad Americana de Reumatología o de la Sociedad Europea. En ellas, se explica que, aunque varía de paciente a paciente, esta enfermedad provoca dolor en todas las partes del cuerpo.

De acuerdo con estadísticas mundiales sobre enfermedades reumáticas en general, dentro de las que se incluye la fibromialgia, en países no desarrollados donde los sistemas de salud tienen más deficiencias, puede tomar hasta siete años para que un paciente con esta enfermedad sea adecuadamente diagnosticado.

La fibromialgia puede aparecer a cualquier edad, incluyendo durante la infancia o en edad adulta avanzada, pero más frecuentemente se da en la etapa reproductiva de una persona, es decir, entre los veinte y cincuenta años.

Mitos y realidades de cómo se origina la fibromialgia

Existen dos factores principales que pueden detonar la fibromialgia: el estrés psicológico crónico, que se puede manifestar por diferentes razones o situaciones en la vida de alguien, y lesiones musculares que no fueron atendidas en su momento y que se convirtieron en dolor crónico.

El mito más común en torno a esta enfermedad, y que se mencionó en un principio, es que los pacientes, que en particular son mujeres, tienen problemas psiquiátricos y que sus síntomas son imaginarios.

Desafortunadamente, este mito puede causar una falta de sensibilidad, comprensión y empatía tanto de los familiares del paciente como de algunos miembros de la comunidad médica que siguen creyendo que esta enfermedad es imaginaria.

Es común que los reumatólogos vean que la pareja de la persona enferma o algún familiar, al no ver un resultado médico concreto que indique que algo está mal, se nieguen a creer que el paciente en realidad tenga un problema.

Por ello, se suele pedir que los pacientes con fibromialgia lleven a sus familiares o parejas a la consulta para que a ellos también se les explique más sobre la enfermedad y la hipersensibilidad en el sistema nervioso central que provoca. Esto es importante para garantizar una red de apoyo para el paciente con fibromialgia.

Es necesario el trabajo en equipo

Para tratar la fibromialgia de manera adecuada, se debe conformar un equipo de expertos en nutrición, rehabilitación, psicología o psiquiatría y reumatología que pueda atender todos los aspectos de la salud de una persona que se ven afectados por esta enfermedad.

Muchas veces, los pacientes con fibromialgia tienen trastornos del ánimo que no pueden ser atendidos por el reumatólogo, o bien, necesidades nutricionales específicas que requieran a un experto en esa área.

Dentro de este equipo multidisciplinario, la parte de la salud mental es quizá de las más importantes. En muchas ocasiones, un paciente puede ver un buen progreso con medicamentos, que, sin embargo, llega a ser mejor si se acude también a terapia psicológica.

Aunque por ser una enfermedad crónica, la fibromialgia no se cura, sí se puede controlar adecuadamente. Sin embargo, para ello se debe individualizar el caso de cada paciente; hay quienes no necesitan acudir a terapia psicológica porque su estado de ánimo es adecuado, o quienes, por otro lado, ven sus rutinas de sueño afectadas y deben recibir medicamentos para ello. Es decir, cada paciente es atendido de forma diferente, según las partes de su salud que se vean afectadas por la fibromialgia.

Quizá lo más importante a resaltar es que la fibromialgia es una enfermedad real que afecta el sistema nervioso central, provocando dolor generalizado, fatiga y trastornos del sueño y ánimo. Por ello, es importante acudir con un especialista si se tienen esos síntomas, o bien, si alguien cercano a nosotros los presenta, no desecharlo como insignificante.

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Instituto de Medicina Interna
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