Publicado: Dec 15, 2023 10:47:03 AM
Imagina que la idea de comer ciertos alimentos te provoca ansiedad abrumadora o asco incontrolable, por lo que, buscas evitarlos a toda costa a pesar de que sabes que tu cuerpo los necesita.
A esta condición se le conoce como Trastorno por Evitación/Restricción de la Ingesta de Alimentos o ARFID por sus siglas en inglés.
Este trastorno a menudo pasa desapercibido, pero afecta la vida cotidiana de quienes la padecen y la de sus familiares.
Es por es que, en este artículo, te contaremos cómo podemos identificar que una persona padece ARFID y te compartiremos recomendaciones para ayudarla.
Tiene un origen mental
ARFID no es simplemente una manía alimentaria, ni un capricho, tiene bases neurobiológicas que implican, entre otras, una dificultad importante en la integración sensorial de los estímulos que generan los alimentos.
A diferencia de otros trastornos alimentarios como la anorexia, bulimia, o el trastorno por atracones, las personas con ARFID no están preocupadas por su peso o su figura.
Sino que evitan ciertos alimentos debido a la aversión a su sabor, textura, olor, color o al efecto que puedan tener los alimentos en su cuerpo como, por ejemplo, miedo a un atragantamiento.
En otros casos, la dificultad se presenta porque la persona simplemente no desarrolla el apetito necesario para darle a su cuerpo lo que necesita.
Conduce a deficiencias nutricionales
El ARFID lleva a quien lo padece a una dieta extremadamente limitada y a deficiencias nutricionales severas, además de los graves impactos en la calidad de vida.
Su origen es mental y termina generando graves problemas en la salud física y emocional, como aislamiento social, estigmatización y dificultad en las relaciones interpersonales.
Asimismo, puede conducir a deficiencias de nutrientes, pérdida de peso, reflujo gastroesofágico, constipación y otros síntomas relacionados.
Algunos pacientes pueden presentar bajo peso, pero en otros casos aparenta tener un peso normal o incluso por encima del promedio, sin embargo, las deficiencias nutricionales y sus consecuencias pueden ser severas.
¿Cómo saber si alguien lo padece?
Este trastorno requiere apoyo, comprensión y terapia psicológica, como la cognitivo-conductual (CBT), que ha demostrado ser de gran utilidad para ayudar a las personas a enfrentar gradualmente sus temores alimenticios y a mejorar su relación con la comida.
Si tú o alguien que conoces sufre de ARFID, es importante buscar ayuda profesional y mantener una comunicación abierta y comprensiva.
Un enfoque interdisciplinario con profesionales especializados que involucre a médicos, nutriólogos y terapeutas, puede ser fundamental para superar los desafíos asociados con el trastorno.
Para determinar si una persona sufre de ARFID, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, establece los siguientes criterios:
- Evidencia de una restricción alimentaria significativa debido a la aversión a ciertos alimentos.
- Pérdida de peso o fallo en el aumento de peso en niños (en algunos pacientes puede presentarse un peso aparentemente sano).
- Problemas nutricionales, como deficiencias de vitaminas o minerales.
- Efectos negativos en el bienestar psicológico y social.
Más común de lo que crees
El ARFID es más común de lo que crees y los estudios epidemiológicos varían.
En el 2019 se estimaba que este trastorno afectaba al 3% de la población, y que su prevalencia en niños y adolescentes oscilaba entre el 5% y el 14%.
Estudios más recientes reportan que la prevalencia es aún mayor con tasas de hasta el 22,5%. Incluso, tres estudios de clínicas de alimentación especializadas mostraron tasas de prevalencia más altas, que oscilaron entre el 32% y el 64%.
Este aumento podría estar asociado a la pandemia, aunque también es cierto que los instrumentos de evaluación y los centros de tratamiento han mejorado en la detección de estos casos.
Lo anterior sugiere la necesidad de una mayor comprensión y conciencia de este trastorno. Si bien no tiene límites de edad, lo más frecuente es que aparezca desde edades muy tempranas.
En algunos casos, el ARFID puede venir acompañado de otros trastornos psicológicos como ansiedad y del espectro autista.
En otros casos, la misma desnutrición, puede generar desbalances en el cerebro por falta de nutrientes y generar una depresión secundaria a la desnutrición.
No significa ser quisquilloso con la comida
Este trastorno va mucho más allá de las preferencias alimenticias comunes y afecta a muchas personas en todo el mundo.
Comprender el ARFID es esencial para brindar el apoyo adecuado a quienes lo padecen y a sus familiares.
Si tú o un ser querido está lidiando con el ARFID, te recomendamos:
- Busca apoyo profesional: Consulta a un equipo interdisciplinario especializado, que involucre a médicos, nutricionistas, terapeutas y otros profesionales de la salud.
- Trabaja en equipo: El trabajo en equipo con la familia, el paciente y el equipo tratante son fundamentales para potencializar los resultados en el tratamiento.
- Adquiere educación y conciencia: Aprende más sobre el ARFID para comprenderlo mejor y desafiar estigmas.
- Logra una comunicación comprensiva y empática: Fomenta la comunicación abierta y comprensiva dentro de la familia para brindar apoyo emocional. Entiende que no es fácil y se requiere apoyo para superar los desafíos que plantea todo trastorno alimentario.
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