La radioterapia es un tratamiento contra el cáncer que usa altas dosis de radiación para destruir células cancerosas y tumores.
Tiene gran eficacia en el tratamiento contra el cáncer en pacientes de todas las edades, pero su aplicación en la infancia requiere especial atención debido a sus posibles efectos sobre los tejidos en fase de crecimiento y desarrollo, así como el riesgo de que otros tumores se formen a largo plazo.
En pediatría, en donde se tratan a los niños y adolescentes desde el nacimiento hasta los 21 años, se trata de uno de los tratamientos principales contra el cáncer infantil, además de la quimioterapia, cirugía y terapia dirigida.
Radioterapia dirigida y específica
Los padres suelen tener muchas dudas y preocupaciones en torno a este tipo de tratamiento, pero es importante resaltar que, las modalidades más nuevas del tratamiento permiten que éste sea más dirigido y específico, con un menor daño a células sanas y menor número de efectos secundarios.
La radioterapia se administra de dos formas diferentes:
- Radioterapia externa, en donde se dirige una cantidad específica de radiación hacia los tumores cancerosos.
- Radioterapia interna, en donde se inyecta una sustancia radioactiva en el lugar del cuerpo donde se encuentra el tumor o las células cancerosas.
Los pacientes que reciben radioterapia toman descansos los fines de semana para que las células normales o sanas se puedan recuperar y crecer otra vez.
¿Qué hace diferente a la radioterapia para niños?
En pacientes pediátricos, la radioterapia es aún más precisa y adaptable. La radioterapia guiada por imagen se dirige de forma más precisa a las células cancerosas sin dañar los tejidos próximos sanos que la rodean, ya que en el niño o adolescente está en fase de desarrollo.
Debido a esto último, este tratamiento suele utilizarse en niños a partir de los 3 años, y no menores de esta edad (sólo en casos específicos y valorando el caso individual de cada paciente).
Aunque se trata de un tratamiento ambulatorio que no causa dolor, en niños más pequeños es necesario que durante las sesiones de radioterapia permanezcan quietos, incluso requiriendo la presencia de un Anestesiólogo Pediatra durante el procedimiento para sedarlo.
Esto es para evitar movimientos involuntarios en el niño que hagan que el tratamiento no tenga la efectividad esperada o se generen efectos secundarios no deseados.
El éxito del tratamiento oncológico se basa en la combinación de tratamientos por lo que, en algunos casos, además de radioterapia el paciente pediátrico puede requerir de cirugías o quimioterapia para tratar el cáncer.
En este tipo de tratamientos interviene un equipo multidisciplinario con profesionales de distintas áreas de la salud para sobrellevar este periodo de forma más fácil. Algunos de los profesionales que se involucran son:
- Nutriólogos
- Psicólogos
- Enfermería
- Oncólogos Pediatras
- Radiólogos
- Cirujanos
- Patólogos
Efectos secundarios de la radioterapia
Los efectos secundarios de este tipo de tratamiento dependen principalmente de las áreas del cuerpo que son tratadas. Sin embargo, los más frecuentes suelen ser los siguientes:
- Caída de cabello
- Náusea y vómitos
- Diarrea
- Irritación en la piel
- Cansancio
- Problemas gastrointestinales
La mayoría de estos efectos secundarios desaparecen con el tiempo, no suelen ser graves y se pueden controlar con tratamientos o medicamentos adecuados.
Un diagnóstico de cáncer suele ser aterrador y afrontarlo es difícil tanto para el paciente como para los padres. Pero recuerda que los médicos especialistas son guías durante este proceso y que muchos niños y adolescentes tratados con radioterapia contra el cáncer disfrutan de vidas largas, sanas y felices.
No dudes en resolver tus dudas y preocupaciones con el Oncólogo Pediatra de tu hijo. Cuanto más informado estés sobre cómo ayudará la radioterapia a tu hijo y qué efectos puede tener a corto y largo plazo, más preparado te sentirás durante todo el proceso.
Contacto
Instituto de Pediatría
Teléfono: 81.888.0700
